domingo, 29 de julio de 2018

Esperanzador

Aprendió a caminar bajo la tormenta;supo que era otro día, otro lugar, tiempos que corren sin frenos...

Comprendí que era hora de cojer las riendas de la vida aquí y ahora, en ese instante la mente hizo clic para desmontar una pieza dañina. Al fin liberada..., frente al mar;amanecía y el aire acariciando cada poro de la piel, ¡cuánto disfruto!

Sin miedo alguno entendí cúal era el horizonte, el sendero que trataba de destruir aquel muro inaccesible, llegando a mis entrañas más desconocidas.

¿Porqué el silencio?, ¿no será mejor gritar y reír a más no poder?, ¿terminar de convencerte de que sí es posible?

Ese baño en soledad, aquella brisa fresca y tan agradable para los sentidos ;esos sentimientos tan fuertes que nunca me abandonaron.

Aquellas sonrisas pícaras..., ese momento de felicidad al saber que es el momento de volar sin miedos ni ataduras.

Ya perdimos la razón..., felices con nuestra locura.