Bla,bla,bla y más bla; muy cierta es aquella elocuencia de un genio que pasa desapercibido ante las risas de hipócritas y exabruptos varios.
Quiera el segundo transfigurar la eterna conversación que mantiene con alguien a quién llamaremos por su apodo x;signos perdurables de señales pasadas de tiempos impretéritos que cobijaron todo tipo de artilujios únicos en su género.
No desea ni puede obviar la evidencia; jamás desertaría de aquella misión encomendada por la madrugada descocada y alborada por luces y matices.
Riachuelo de refinadas maneras con caudal suficiente para dar y saciar más de una sed;arde en el corazón lloroso desilusiones de una escapatoria planificada al más mínimo detalle de un milímetro,caprichoso verbal.
Inspira aires distintos con nuevos retos e ilusiones por cumplir la promesa de aquella tierra prometida entre danzas y cánticos inpronunciables.
Firmado
"Locuras de una coherencia."
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