Locura con ratos de sensatez al compás de un mecena que porta a la alegría en su bolsillo izquierdo como si de un simple pañuelo u otro objeto se tratara.
Parecería impedir la carrera que da el gran paso hacia una nueva era, metamorfoseada cual extraña palabreja hallare en su particular diccionario;no quisiera terminar sin decirle cuatro cosas filosóficamente correctas al entender que nos ocupa la coloroda bofetada sin manos que da el fruto de un próspero porvenir.
Tachuelas desparramadas en el árido terreno que pisa su frente por enésima vez consecutiva sin importar climatología alguna.Arrastran consigo años de agobios y elucubraciones varias,en cambio embargo la vida que destilan alforjas deshilachadas por el tiempo.Soporta la casualidad al indeseable vecino con el que nadie querría toparse a estas horas de inesperada y solitaria madrugada.
Quién desee estar en su piel...,mal augurio presagia para sacarse los colores a sí mismo.Nunca subestimes todo lo que no aparezca en la seña de identidad de un mito preacordado por el amaño de unos cuantos duros peseteros;así les va,trayectoria de un cañón con balas de plomo,camino al precipio apocalíptico de un lugar llamado sinvergonzonería pluralista.
Acuerdan los rastros cruzados desencadenar epidemias que abastezcan la sed de una llamada sin cobertura mediática;sólo faltas...
Miserere.
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