sábado, 30 de enero de 2016

Melancolía...

Historias de toda índole y dispariedad; absorben el tiempo enbebido entre nudos maniatados a cualquier ojo ajeno.Grises teñidos de tristezas,reseñadas en su particular libro de firmas,enfúndandose  traje oscuro para pasar desapercibido ante la vibrante alegría.

Basta con un par de cada;procurar agachar cabeza y mirada como si fuera la vida en ello...,listo para comenzar la función que entraña extrañas contemplaciones jamás erguidas.

Desinterés;vago y sosegado espera al posible imposible de pronunciar por boca no cualificada para ese supuesto recogido de la nada.Subir el peldaño de aquel rellano;costumbre adquirida sin apenas suspirar por el anhelo añorado por su niño interior.

Cabe destacar su miedosa valía que había sobrevivido a su propia guerra de clases,luchando con el abal de sus sonrisas ocultas.Un pequeño joyero,hábitat predilecto por él mismo, se había transformado en el museo que custodia el tesoro más codiciado.

Temblase lo que pudiere,el pulso debía continuar y permanecer inmóvil ante dicho cuadro;alberga en su corazón la mirada más puramente penetrante que hubiese visto la luz.Solía plantear cuestiones sin resolver,algunas eran meramente dignas de estudio;otras,no había por dónde tirar del hilo conductor.

Hoja otoñal,recorre un sueño que cree haber padecido pero desconoce si muere porque ha de morir o si ya murió en solitario.
Érase una vez que se era...

No hay comentarios:

Publicar un comentario